martes, 29 de diciembre de 2009

Cultura o tortura

Mientras iba con el coche a trabajar, escuchando la radio, he oído una noticia que me ha puesto de mala leche. Resulta que cierta organización terrorista islámica ha enviado una foto de dos secuestrados italianos para demostrar que estaban con vida. Un hombre y una mujer. Y a la mujer le han borrado la cara y las manos, porque su religión les prohibe tomar fotos de las personas del sexo femenino.
Ya sé que esta es sólo una de las muchas "peculiaridades" con las que nos obsequian estos tarados habitualmente, y que existen otras muchas características de su ¿"cultura"? aún más aberrantes, pero mira, debo estar sensible hoy.

Me he puesto a pensar cuánta gente alegará que estas tradiciones forman parte de su cultura y deberán respetarse. Pues señores, lo puedo decir más alto pero no más claro: una cultura/tradición que vulnera los más elementales derechos, no es una cultura, es una tortura. Que además, no se limita a joder a los que viven en ella, sino que la extienden a cualquiera que se les acerque...

Tomemos un ejemplo: imaginemos una cultura que lobotomiza a los individuos de sexo varón cuándo llegan a la pubertad. ¿Alguien vé en ese hecho una peculiaridad a respetar y a mantener para no contaminar esa cultura? Vamos, hombre, no me jodas!

Hay veces que hay que dejarse llevar más por las visceras y menos por la racionalidad. Ellos lo hacen. Ellos son el enemigo. Y me importa una mierda si lo que digo es políticamente incorrecto o no. La mala hierba se arranca y punto. Que les den mucho por culo.
.
.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Recapitulemos

Bueno, hace ya tres meses que me puse una serie de objetivos, y va tocando recapitular a ver cómo los llevo. Con los propósitos vitales hay que ser exigente en su cumplimiento; pasa como con la gestión de proyectos, que o haces reuniones periódicas y colocas hitos intermedios, o los acaba Rita la Cantaora...

Ahora me parece un buen momento por varias razones. Primera y muy simple: porque tengo tiempo para hacerlo. Segunda: porque si me espero un poco más, parecerá la típica reflexión de primero de año, que me provoca (habitualmente) urticaria... y tercera: porque me da la gana.

El próposito primordial que me hice para el nuevo curso escolar era el de simplificarme la vida. Y me da que no lo he conseguido de momento. Tampoco pasa nada; de todos los propósitos era el de más largo recorrido, pero no he estado tan encima como debiera. Me apunto como deberes el seguir trabajando en esa línea.

A los niños los tengo encarrilados. Ahí me doy buena nota. Ha costado un poco, pero estoy contenta del resultado de las gestiones; veo que las cosas avanzan a buen paso, y eso a la larga redundará en que mi vida (y la de ellos, que es de lo que se trata) mejore. Go me.

Tema salud física: también estoy encaminada. He empezado a trabajar en serio en el gimnasio, sesiones de dos horas tres veces por semana. Más tonificación y menos cardio. La dieta la he mejorado y voy puntualmente al fisioterapeuta a que me arregle lo que me voy jodiendo haciendo el animal en Body Pump. Cada vez los músculos reaccionan mejor, y mis piernas, agradecidas, se van torneando de una forma muy seductora, pareciéndose menos cada vez a trompas de elefante como decía no recuerdo qué poeta erótico hindú.

Lo que sigue sin funcionar es el tema económico. Tenía un proyecto legal en marcha que no avanza, si bien en mi descargo diré que yo no era la responsable de ejecutarlo. Tendré que dar un toque para que el tema se agilice.

En general, estoy satisfecha del avance hasta el momento. Poco a poco las cosas van encajando, y parece que el Tetris se ha ralentizado suficiente como para darme tiempo a colocar las piezas cómodamente.

Sigo, no obstante, con mis temas personales propios, indivisibles, iracundos e inalcanzables dando por culo. Si eso, los dejo para otro lustro, porque está visto que pasar de digital a analógico es más complicado de lo que me enseñaron en la carrera.
.
.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

En órbita

No sé que me pasa últimamente, que tengo la sensación de estar en órbita alrededor de mí misma.
Extraño, pero real. Cómo una de esas experiencias trascendentales en las que estás a punto de morir y sales de tu cuerpo y lo ves todo desde fuera... Sólo que sin un túnel y una luz al final.
Y allí estoy yo, viéndome a mí y mis circunstancias desde fuera. No es una sensación agradable, aunque lo pudiera parecer. Orbitar no es más que dar vueltas alrededor de algo y eso, a priori, no parece que te lleve a ningún sitio.

Creo que estoy así desde que volví de la RAM. Unas jornadas de inmersión en un mundo ajeno totalmente a mis circunstancias han conseguido que me despegara cual tirita de mi piel, y ahora ando descolocada dando vueltas alrededor de la herida a ver si consigo anclarme a un punto fijo.

Lo que más me jode es que esto me pase cuándo está a punto de acabar el año. No me gusta hacer reflexiones en general, pero aún menos en fechas señaladas. Me condiciona demasiado, a mí y a mis hormonas que están misteriosamente calladas y me dan muy mala espina...

Lo bueno de orbitar alrededor de uno es que es una ocasión magnífica para ver las cosas desde fuera y sorprenderte de cuan gilipollas puedes ser en ocasiones. Y eso es bueno porque es el primer paso para cambiarlo. Supongo...

Lo malo es esa sensación de "día de la marmota", en la que das vueltas una y otra vez a lo mismo, sin principio ni fin, y sin esperanza de romper el círculo vicioso.

Tendré que dar un manotazo en la mesa a ver si consigo estrellarme cual meteorito conmigo misma y de la colisión sale algo de provecho. Que ya empiezo a tener una edad como para dejar de llevar trenzas virtuales, coño!
.
.

martes, 15 de diciembre de 2009

Acurrucadita

Primero, fue esa sensación extraña de que las cosas están desenfocadas. No es que lo estén realmente, pero tú las sientes cómo si lo estuvieran... Y eso hace que estés desubicado, frunciendo las pestañas a ver si consigues que las cosas recuperen su lucidez habitual.
Segundo, la lectura de una entrada del blog de Nur. Una entrada llena de esperanza y magníficas expectativas, con una canción para aderezarla: To France (Mike Oldfield)... que ha tenido la virtud de retrotraerme a un pasado lejanísimo y a estas alturas totalmente ajeno a mí. Un pasado de dolor y frustación que no tengo ganas de revisionar.
Tercero, mi búsqueda de poesía para serenar mi desazón interior en el blog de Torra... Hasta leer una entrada en prosa relativa a volver a vivir una y otra vez lo mismo, en diferentes vidas. No way; con una tengo bastante...
Cuarto, es dónde estoy ahora, en mi cuarto, acurrucadita. Y si me lo permiten, voy a replegarme sobre mí misma, voy a apagar el mundo y sólo dejaré de fondo algo de música. Dudo entre Brothers in Arms de Dire Straits o Cadillac Solitario de Loquillo. Hasta ese punto estoy desubicada...
.
.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Curvas y bisectrices

Hace ya un par de semanas decidí cambiar mi ruta habitual para ir a trabajar. Estaba cansada de las largas colas de acceso a Barcelona por autopista. Con una periodicidad demasiado elevada se producían averías o accidentes que acababan convirtiendo un trayecto de 25 minutos en una larga procesión de una hora...Así que he empezado a utilizar un camino alternativo que supone atravesar Collserola por la carretera de la Arrabassada, empezar el día entre bosques hace que las cosas se vean con otra perspectiva. Además, esta ha sido la carretera que más veces he recorrido, más de 1.000 viajes para llegar a mi objetivo durante estos últimos años...
L'Arrabassada es una carretera llena de curvas tras cada una de las cuales puedes encontrar una sorpresa emocionante o acojonante (en alguna ocasión me he encontrado un jabalí despistado jugándose su vida y la mía), aunque las últimas son las menos, Deo gratias.
Hoy, vaya usted a saber porqué, quizá por el Diazepam que me han recetado para relajar mi maltrecha mandíbula, he vislumbrado muchas más historias tras esas curvas que ya forman parte de mi historia y de mis varias vidas...

Existe un punto de la carretera, justo después de la bifurcación hacia el Tibidado, en el que instalaron años ha un mirador. La vista desde la carretera sobre Barcelona es difícilmente superable... Se ve toda la ciudad, desde el castillo de Montjuic hasta las chimeneas de Sant Andreu: majestuosa Barcelona dormida a mis pies. A las horas a las que paso por la mañana (horas a las que me acostaba en otras vidas), empieza a amanacer; el cielo se maquilla de colores increibles que consiguen que mi espíritu se serene (léase sin ningún tipo de connotación religiosa).

Hoy además, al girar una curva, me he encontrado con la luna que se erguía magnífica. Apenas la he vislumbrado ya que debo mantener la vista, en la medida de lo posible, en la carretera, pero me ha parecido que era luna llena. Redonda, blanquísima, apenas oculta por una nube traslúcida. No sé que extraño mecanismo mental me ha llevado a recordar otras madrugadas, muchos años hace de ellas, en las que esa misma luna iluminaba mis locuras juveniles. Noches de fiesta descontroladas, música, alcohol, amigos y la sensación de estar en la cima del mundo, inmune a cualquier peligro. Saberse seguro de que tu vida es sólo tuya y vas a hacer con ella lo que quieras... ¿En qué momento te das cuenta de que no vas a conseguirlo? ¿En qué punto te resignas con lo que tienes y dejas de creer que tu vida va a ser lo que quieres y no lo que te encuentras? Eso me ha hecho recordar una canción de aquella época que no puedo dejar de postear:

http://www.youtube.com/watch?v=n7CuJ8cR9sg

Y ahora, a trabajar en mi aburrido trabajo de 08:00 a 15:00, y las tardes desde casa. Y a pensar en la lista de la compra y en las visitas a los médicos y en todas esas cosas que se aferran a tu día a día y van recortando, poquito a poco tus sueños...
.
.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Sin pausa pero con prisa

Así es exactamente cómo me he sentido esta última semana. No es que antes fuera mucho mejor, no... Pero de alguna forma esta semana se han precipitado un montón de mezclas en el fondo de la probeta, haciendo que me faltara el aire en más de una ocasión.
Aparte de las salidas nocturnas, (reflexión: o dejo de salir de noche o me vuelvo vampiro, para no tener que dormir), la casa se me ha inundado de terapeutas, educadores y asistentes sociales. Todos han decidido que esta semana era la idónea para hacer entrevistas, observaciones y reuniones. Hemos llegado a ser 11 personas en casa repartidas por las diferentes habitaciones con un nexo de unión: yo misma... Si calculamos que cada una de esas 10 personas pueda necesitar algo digamos cada media hora, sale a una pregunta cada tres minutos. Qué manera de ir de arriba a abajo...

También ha habido historias agridulces. Por ejemplo, la organización de la cena de Navidad de la empresa. Por una encerrona de las habituales, me ha vuelto a tocar organizarla a mí. Tras los diferentes EREs, la cena de Navidad de la empresa se había convertido en una excusa perfecta para ver a los amigos ex-compañeros de trabajo que a duras penas ves. Era una garantía de que, al menos una vez al año, nos veíamos... Pues este año parece que para algunos ya no era tan importante que nos viéramos. Después de pasarme una semana persiguiendo a la gente (ahora sí que vengo, ahora creo que no porque a lo mejor me sale una cosa y no puedo, etc), se me han inflado las pelotas (con perdón) y he renunciado a participar en este dislate.

Me duele en el alma que lo que una vez fue una cita ineludible y muy esperada por todos, se haya convertido en una obligación más para la que buscar una excusa para no asistir. Pero no tiene ningún sentido hacer esfuerzos por nadie cuándo son unidireccionales. Tengo mucha más gente a la que cuidar y que además de dejarse, me pone las cosas fáciles.

Pero siempre me ha creado una profunda desazón cerrar una época, y eso es lo que me temo que ha pasado. Siempre nos quedará París. O tal vez no.
.
.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Fragilidades

Es curioso como construimos los pilares de nuestra vida. En ocasiones los pilares son firmes como rocas, columnas sólidamente asentadas en una base de hierro... Y de allí no se mueven, oiga usted.
Pero en ocasiones aparecen pilares chiquitines, sin apenas darnos cuenta, que se apoyan dónde buenamente pueden y se quedan allí a esperar que cargues. Y algunos hacen extraordinariamente bien su función. Tanto que se convierten en pilares imprescindibles para sostener la poca cordura que los embites que recibes te va dejando.

Hoy me han arrancado, sin previo aviso, uno de esos pilares. Malditas víboras deslenguadas. Que el cielo las confunda.

Hoy estoy un poco más sola.
Hoy me siento mucho más frágil.
.
.

martes, 10 de noviembre de 2009

I have a dream

Esta noche he tenido un sueño, extraño y maravilloso. Pero apenas un sueño.
En él, mi hija se dirigía a mí y me hablaba. Por primera vez oía su voz de niña. Recuerdo que en el sueño no podía parar de llorar de alegría. Tenía una vocecita preciosa, y con ella me hablaba y me explicaba cosas: su color favorito, la comida que más le gustaba y lo que le apetecía hacer en ese momento.

Dicen que algunos sueños se hacen realidad...
.
.

martes, 3 de noviembre de 2009

Y ésta tampoco promete...

... Pues siguiendo en la línea de la semana anterior, ésta también ha empezado mal. Tres planes, tres se me fueron al garete el lunes, aunque pude recuperar uno.

Por si fuera poco, hoy me he cansado de que la VISA me vaya denegando todos los pagos que he hecho de una semana a esta parte y he llamado al "banco". No diré nombres no sea que la cosa empeore...
Y van y me cuentan que vieron un movimiento sospechoso (al parecer de 0,07 euros, vamos, siete céntimos de euro) y decidieron hacer un bloqueo preventivo de mi tarjeta. Hasta ahí, acepto pulpo como animal de compañía... Pero lo que no hicieron fue avisarme de que me la habían bloqueado. Y yo venga a pagar con la tarjeta y venga a denegármela. Y venga a mirar si quedaba saldo, y venga a poner cara de circunstancias y dar otra tarjeta, cruzando los dedos.
Finalmente hoy me han dado la información (porque he llamado yo) y ahora me toca renovación de tarjeta (que pagaré yo) y esperar cuatro días sin VISA, que contando el fin de semana por medio, van a ser cómo siete días por lo menos.

Y qué queréis que os diga... Yo sin VISA como que soy menos persona. Así de triste.
.
.

viernes, 30 de octubre de 2009

Una semana extraña

Esta semana no me ha convencido demasiado, para que nos vamos a engañar. He tenido la oportunidad de experimentar algo que hacía tiempo que no sentía, o al menos no con esa intensidad: la soledad. Vaya usted a saber que extraños mecanismos se alían en tu cerebro para que pequeñas cositas sin trascendencia se combinen asombrosa y eficientemente transformando tu vida en una puta mierda.

Off-topic: lamento utilizar vocablos gruesos en estos escritos, pero no he sido capaz de encontrar un sinónimo que refleje mejor el sentimiento que he tenido al menos durante media semana.

Sigamos... Esas pequeñas cosas sin trascendencia han sido tan nimias como que Mr. Lucky ha estado muy ocupado y no hemos podido disfrutar de nuestra habitual cena intersemanal: le he echado un montón de menos. Otra: el lunes vino la asistenta social del ayuntamiento para hablar de lo que nos ofrecía la Ley de la Dependencia para Sara. Parece mentira que la máxima ayuda que te ofrezcan sea ridícula comparada con los gastos que tienes. Pero bueno, menos da una piedra... Muscul Man ha estado especialmente frío estos días; tampoco nada relevante, quizá yo estaba predispuesta a sentirme sola, pero mira, le he notado lejano...

Por suerte, a partir del miércoles las cosas empezaron a mejorar. Un ratito chateando con Vicky, comentando mis últimas "frivompras"en Internet... (he descubierto una tienda maravillosa en eBay: La Perla Negra, me voy a dejar la mitad de mi nómina, lo veoooo), un ratito de charla con Mr. PKs, una cena fuera ligerita y ya la semana empezó a mejorar.
El jueves Casa Jaime con Vicky, la Mòni y el turroncito de Yerko hablando de la fiesta del 7 de noviembre; hoy cena con mis ex-compañeros de trabajo y mañana partida con Imperator ejerciendo de maestro de ceremonias: parece que, definitivamente, la semana remonta.

Próximamente: de cómo negocié asistir a la RAM 2009. Que Dios nos pille confesados...
.
.

sábado, 24 de octubre de 2009

Cosas que nunca aprendo

Uno piensa en su infinita ignorancia que aunque no lo sepa todo, hay cosas que las tiene dominadas, vamos, que poco más puede aprender al respecto.
Por suerte, es cuestión de tiempo que algo o alguien te ponga en tu sitio y te haga darte cuenta de lo simple que uno puede llegar a ser.
Me precio de ser una buena conocedora de las personas y un ser esencialmente social; casi hago mi bandera de ello. En ocasiones pienso: si, ese tiene una carrera profesional de la hostia, o aquel es un profundo conocedor de las ecuaciones de Maxwell, las sinfonías de Beethoven, o el ritual circunspecto de los titis a la hora de aparearse... Pues lo mío es socializar. ¿Qué pasa?
Y cuándo estoy a punto de crecerme tanto que me veo dándome con la frente en el quicio de la puerta, va y me enfrento a una situación de esas que te dejan, no ya descolocada, sino teletransportada a trozos, de forma que no ubicas ni dónde tienes la cabeza ni dónde los pies.

Uno piensa en su infinita ignorancia, que los buenos amigos son aquellos que te acompañan en tu experiencia vital; en todas y cada una de las vidas por las que vamos transitando. Algunas con pena, otras con gloria, y la mayoría con una combinación agridulce de ambas. Parece que esos amigos maravillosos (que los hay, desde aquí os digo que os quiero mucho y siempre, aunque no os trate ni mucho menos como os merecéis), son los únicos ciertos... Los que han sido, son y serán, y tiene tendencia a menospreciar a las visitas inesperadas, cómo si el tiempo fuera una magnitud en una sola dirección, cuándo en realidad el tiempo es esférico.

De una temporada a esta parte, estoy conociendo a gente maravillosa, y me sorprendo a mí misma sintiéndome mucho más cerca de ellos de lo que cabría esperar en esa concepción lineal de las cosas que hasta ahora había sido mi devenir social. Ahí está el historiador metido a topógrafo, la enfermera del metal, la chica estupenda y Mr. "Go Me". Todos ellos de una rotundidad absoluta en su unicidad, y que me hacen feliz. Sin más y cada uno en su estilo. No hay que olvidar tampoco al señor de las cervicales, o a la chica comprometida y maravillosa que me envía correos de mis cosas siempre que encuentra algo que me puede interesar. Y a mí especial Sr. Pecas. Cielo, si me lees, que sepas que no me merezco lo que me das, pero que te lo agradezco de todo corazón.

A todos vosotros, y a alguno más que me dejo, seguro, muchas gracias por estar ahí, y por hacerme ver lo tonta que puedo llegar a ser cuándo me pongo :)

Os quiero!
.
.

jueves, 22 de octubre de 2009

Otro 21 de octubre

Bueno, pues ya ha ocurrido de nuevo. He añadido uno más a la cuenta. No me siento diferente de hace dos días, sin embargo el calendario dice que soy objetivamente mayor. Es curiosa esa divergencia entre los datos objetivos y los subjetivos que se da cuándo cumples años. No importa lo que te diga el cuerpo: eres mayor y punto...
Aunque no me gusta en absoluto utilizar fechas destacadas para hacer examen de conciencia (yo soy más de evaluación continua :)), lo cierto es que llevo una temporada con situaciones que me desbordan (para qué nos vamos a engañar), y a veces me sienta bien parar, planificar y recapitular.
Mirando hacia atrás, estoy razonablemente satisfecha de la evolución de mis cosas estos últimos meses. Algunas de las más importantes las he encauzado (creo) con eficacia, y las otras... bueno, estamos en ello. No hay que pedirle peras al olmo, y, de momento, no estoy echando frutos.

Mirando hacia adelante, varios proyectos me esperan. Este año toca dedicarse a fondo a mi hijo mayor, sin dejar por ello de estar muy encima de mi princesa y no descuidar al de en medio que, al final, es el que acaba recibiendo sólo por ser el que menos problemas tiene. En ese sentido, quiero buscarle un buen sitio en el que potencien su creatividad, magnífica y desbordante. Ese niño tiene un talento inmenso, y sería imperdonable por mi parte no darle cancha para que lo desarrolle.

Me planteé volver a la Universidad, pero una serie de obstáculos burocráticos atrasarán el proyecto al  menos un año. No lo descarto; lo dejo en standby por ahora.

Tengo que dedicarme un poco de tiempo a mí, así que he decidido planificar una dieta equilibrada (qué mal como ahora!), algunas sesiones de Body Pump para tonificar, y masajes periódicos con el fisioterapeuta para que me vigile la espalda: allí es dónde envío todas las tensiones, y se acaba resintiendo.

Otra cosa que me preocupa es el montón de gastos extras, inevitables, que se nos vienen encima. Necesito sacar dinero de debajo de las piedras para poder garantizar que mi princesa tenga la atención que merece y necesita. Eso ha hecho que nos embarquemos en un proceso legal para exigir responsabilidades a los que debieron proporcionarnos esa atención y sólo nos hicieron perder un año y medio de nuestro tiempo. Aún está el tema en sus inicios, pero vamos a ir a por todas, y que Dios nos pille confesados.

Tengo la cabeza en plena efervescencia con muchas otras historias, más personales si cabe y, por lo tanto, mucho más "desgastadoras". Tendría que hacer un poco de higiene mental y volver a organizar mi mundo, algo convulso ultimamente. Somos esclavos de nuestras visceras, y eso no siempre es saludable.

Y eso es todo de momento. Me dejo un montón de cosas, seguro, pero habrá tiempo de pensar en ellas. Voy a intentar cambiar la tendencia y vivir de forma analógica, no digitalmente, como llevo haciendo estos últimos años....
.
.

domingo, 11 de octubre de 2009

El punto justo

Hay días en los que te levantas y te das cuenta que ese va a ser un día de contrastes. Es imposible que le encuentres el punto justo a las cosas. Hoy es uno de esos días...
Y, al menos en mi caso, eso es malo, muy malo. Me explico: tengo tendencia a llevar las cosas a los extremos de natural. Pero los días de contrastes, esos extremos se antojan imposibles. Si me levanto y los niños tienen la habitación desordenada (vamos, como siempre hasta que llega el sargento Susana), entro en cólera y exigo solución inmediata. Si llamo a mis padres y el teléfono comunica, me indigno y asumo que SIEMPRE están hablando por teléfono cuándo yo llamo... si no lo cogen, entonces no entiendo para qué tienen teléfono si no lo oyen.
Y así, sin prisa pero sin pausa, el mundo se va posicionando contra mí. Indefectiblemente. Aunque parezca imposible, acabo agotada de luchar contra todo y contra todos.
Hoy he intentado hacer limpieza al mediodía. Me he retirado a mi habitación durante una hora para descansar. Tenía la intención de dormir y no pensar en nada, pero mi cerebro rebullía con todas las injusticias acaecidas durante la mañana, y todas las anteriores a lo largo de mi vida, que se enlazaban y correlaban con una pasión extraña.

Por una vez, insisto, he intentado hacer higiene mental. No estoy segura de haberlo conseguido. Al menos ha sido un cambio en la evolución habitual de estos días.

El problema lo tengo esta noche. Tengo canguro reservado desde hace varios días, pero no me apetece hacer nada con ese tiempo: no me motiva ir al cine, ni al teatro, ni salir a cenar o de copas. Y eso hace que mi día sea un poco más mierda, porque me va a costar dinero esta noche, y no va a ser para bien. Bueno, quizá se me ocurriría alguna cosa interesante que hacer. Pero no es viable.

Pero hoy no es un buen día para razonar. Si acaso para encerrarse en mi caja de Pandora particular y tirar bien lejos la llave. Para desear con todas mis fuerzas que mañana sea un día en el que le pueda encontrar el punto justo a las cosas.
.
.

viernes, 2 de octubre de 2009

Siete vidas tiene un gato... Y yo?

No puedo evitarlo: me encanta el otoño. No sé si tiene que ver con que se acerca mi cumpleaños (hubo épocas en las que esa fecha era motivo de jolgorio y regocijo), o con algún tipo de renovación anual, pero me sienta estupendamente el mes de octubre.

Estaba precisamente pensando en ello, cuándo las ideas de renovación, periodicidad, años y un gato (que ví hace unos días en Lleida) se correlaron en mi cabeza de una forma extraña llevándome a una de esas reflexiones personales que tanto me distraen... y que aportan bien poco a la evolución de la Humanidad.

Pensaba en aquel gato. Parecía enfermo...Eso me llevó a pensar en las siete vidas de un gato. El tiempo que pasó entre ese momento y pensar cuántas vidas tendría yo y cuántas me quedarían fue equivalente a lo que tarda una sinapsis en echarse una siesta. Es decir, 10 elevado a menos mucho.

Cuándo hablo de las vidas que tendría me refiero a "periodos temporales" a lo largo de los años de existencia. Pero, por favor, no seamos lineales... No se trata de dividir tu vida en infancia, adolescencia, madurez y senectud y quedarse tan ancho. No, se trata de evaluar periodos en tu vida que, por sus características son completamente diferentes entre sí. Llevado al extremo, podría ser como cuándo Sidharta se convirtió en Buda: una vida antes y una vida después para el mismo ente biológico.

Y allí estaba yo, evaluando mis circunstancias e intentando ver cuántas de estas fases he vivido. No es fácil despedazar tus experiencias, correlarlas y encontrar un factor diferencial que te permita poner límites: "las cosas cambian pero mi vida sigue siendo sustancialmente la misma"/"las cosas han cambiado tanto que mi vida ya no es la misma".

Y cómo estas cosas no se pueden modelizar matemáticamente (aunque todas las fibras de mi hipotálamo me lo pidan), tuve que entrar en el complejo mundo de las emociones y sentimientos (aparta de mí ese Caliz!!!) para intentar poner orden. Y conseguí marcar una serie de fases. No os aburriré dando detalles íntimos al respecto. Al fin y al cabo, la vida de uno sólo le importa a ese... Y a veces ni eso.

Lo que me preocupa es que estoy en mi séptima vida. Creía que me quedaban algunas vidas por delante.

Espero tener más vidas que un gato...
.
.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

El filo de la lucidez

En una de las listas que frecuento se ha tratado el tema de vivir en el filo de la lucidez. No he sido yo la que he sacado el tema, y sin embargo, me ha parecido una comparación estimulante.
Y para acabar de redondear el día, a eso de las 18:00 de la tarde he vivido un nuevo episodio de equilibrios sobre el filo. Sólo que esta vez, he sido plenamente consciente de que estaba ahí aguantándome por unos escasos centímetros de cuerda y sin una red debajo que amortiguara la caída... Y oye, tiene su punto el saber lo cerca que está el peligro.
Y ahora, veo que Jesús (no el bíblico) y José me reclaman por chat. Eso sí que es un antídoto contra la caída. Os dejo, la sensatez me reclama...
.
.

martes, 29 de septiembre de 2009

No sé que poner

Y sin embargo, siento la necesidad de escribir algo. A lo mejor es culpa tuya... Sí, ya sabes que me refiero a tí. O sencillamente es que hace tanto que estas cosas no me pasan, que me he quedado un poco descolocada.
Sea como fuere, lo asimilaré por osmosis, que es la manera inteligente de asimilar las cosas... Sin zarandajas ni alharacas (lo sé, quizá no sean las palabras más adecuadas, pero me encanta como suenan). Dejaré que se deslice por mi piel, como si estuviera empapándome bajo una fina lluvia de verano. Levantaré la cabeza, miraré hacia el infinito y dejaré que me cubra dulcemente.

Mañana será otro día. Ya lo dijo Scarlett...
.
.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Prueba superada

Bueno, pues parece que sobrevivimos al intensivo de fiestas infantiles y preparativos previos. Y no sólo eso, sino que lo hicimos con nota. Bueno, al menos la buena nota me la doy yo, al ver las caras de los niños :)
El jardín estuvo casi listo a tiempo. Quedaron pequeñas cosillas que no desmerecían el conjunto y que no eran detectables a ojos profanos.
Fue un fin de semana largo, de reencuentro con amigos tras el descanso estival. No nos damos cuenta y el tiempo pasa y vemos a los amigos menos de lo quisiéramos. Al menos este fin de semana nos hemos puesto al día.
También hubo partida de Rune Quest. Excelente partida, por otra parte. Y compromiso expresado en voz alta de que no se alargue la siguiente tanto como ésta, de nuevo por culpa del paréntesis estival.
Aparte de eso, poco tiempo para otras cosas. Para pensar ni te cuento. Me estoy empezando a preocupar. Mis buenos propósitos para la nueva temporada parece que se quedan en propósitos. Sigo reaccionando a impulsos. Nada de pensar lo que hago, ni hacer lo que pienso... De nuevo actuando a flor de piel y golpe de instinto. A lo mejor es que me hicieron así y es luchar contra el destino. Pensaremos en ello. O no.
.
.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Árbol caído

En el jardín de casa, chiquitín, tenemos un magnífico magnolio. Lo plantaron los primeros que vivieron en ésta que ahora es mi casa hace más de 20 años. Como el terreno es amable y el clima benigno, estos años han bastado para que se convirtiera en un árbol de casi nueve metros de altura, frondoso y altivo.
Por circunstancias diversas, decidimos cortarlo... y este sábado pasado vino una cuadrilla y empezó la tala. Les observaba mientras trabajaba y no podía evitar sentirme mal. Veinte años de vida, aunque fuera vegetal, iban desapareciendo ante mis ojos con cada golpe de hacha que, sin pausa, iba recibiendo. Recordé cuándo nos mudamos aquí, con mi hijo mayor casi recien nacido... y él ya estaba allí. Luego vinieron dos bebés más, y él seguía allí, espectador silencioso de nuestras vidas. Vió cómo mis hijos daban sus primeros pasos, cómo celebraban sus sucesivos cumpleaños, las fiestas de Sant Joan en el jardín, las tristezas infinitas que en algún momento nos han acompañado en estos ocho años que hemos compartido...
Y no pude evitar sentirme culpable de acabar con él. No pude seguir mirando. Me retiré, cobarde, sin ni siquiera asistir a su final.

Ahora ya no está dónde siempre. Y le echo de menos...
.
.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Sin respiro

Hay épocas en que las cosas van a su ritmo; con un poco de organización y unas mínimas ganas de que las cosas funcionen, vas tirando...
Y en cambio, otras veces parece que el Universo en masa haya decidido hacerte diana de sus atenciones (sí, lo sé, un poco egocéntrico el comentario... y antropocéntrico y misceláneo. Pero ya me entendéis ), y todo aquello que pudiera torcerse a tu alrededor empieza a girar sobre su eje de tal forma que no es que se tuerza, no, es que se retuerce cual columna salomónica hasta el supuesto capitel... Y digo supuesto porque no lo ves, de lejos que está.
Pues poco más o menos así me siento yo. Acaba de empezar el cole de los niños y, por hacerme la lista y querer ahorrar en la compra de los libros (y no ir al colegio a por ellos) resulta que tengo dos libros que no sirven, y que tengo que buscarme la vida para conseguirlos ya. Además, mis retoños nacieron todos la última semana de septiembre, así que me toca organizar no una, ni dos, ni tres, no, sino cuatro fiestas de cumpleaños: aparte de una para cada niños con sus amigos, toca la fiesta familiar para celebrarlos todos juntos con los abuelos. Vamos, que empiezo el 24 de septiembre jueves, y acabo el 27 de septiembre domingo, a razón de una fiesta por día.

Pensáis que eso es todo? Seguro que no habéis tenido en cuenta que además de organizar la fiesta hay que comprar regalos para los niños... Pues cuándo pensaba que había sido muy espabilada por comprar uno de los regalos a principios de mes (y así ganar tiempo), va el receptor del regalo y me dice que ha cambiado de opinión y que lo quiere de otro color... Y me da una explicación de lo más lógica y racional para la que no tengo argumentos.

Por otro lado, teníamos pensado reorganizar el jardín para que Sara tuviera un espacio en casa al aire libre. Está muchas horas en casa, trabajando, y nos pareció buena idea que trabajara al aire libre si el tiempo lo permitía... Y no se nos ocurrió otra cosa que empezar deprisa y corriendo la semana pasada con la esperanza de poder celebrar el cumpleaños de Sara, quince días después, en el nuevo y renovado jardín.
Y ahora tenemos toda la parte de terraza levantada, la mitad de los cipreses arrancados, la mesa y las sillas acojonadas en medio del jardín rodeadas por todos los desechos... Y pocas posibilidades de acabar a tiempo.

Como dice Imperator, esto es cómo cuándo el Tetris se vuelve loco...
.
.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Y ahora... ¿qué?

Bueno, pues se acabaron las vacaciones. Si tuviera que darles una nota, este año les pongo un 8/10. Tras un arduo trabajo de planificación y logística, y su correspondiente inversión monetaria, ha sido posible descansar bastante más de lo que pensaba. Largas horas al sol, en el mar o la piscina dejando pasar el tiempo intensamente... Los que apenas disponen de tiempo libre, entenderán a qué me refiero. A disfrutar de la intensidad de la nada...

Ese dilatamiento espacio-temporal del que ya habló algún físico en su momento (y que ahora no recuerdo, será que la memoria es selectiva y sólo recuerda lo importante e inmediato), me ha permitido dedicarme a mi gran pasión (retumbe de tambores): la lectura. Ya sé que queda snob leer en los tiempos que corren, pero es que una se educó en otra época, cuándo los colegios "decentes" no eran mixtos, y te enseñaban asignaturas de enjundia y necesidad absoluta como "labores" o "francés".
De los cinco libros que han caído este mes, tres me han parecido de una calidad remarcable. Son los que se corresponden con la trilogía "Tu rostro mañana" de Javier Marías. A pesar de no ser una lectura ligera, me ha contagiado de nuevo de esa fiebre que se apodera de tí cuándo un libro te engancha, y vas robando minutos perdidos para ir avanzando página a página. Con desesperación por avanzar y con desesperación porque ese avance hace que se acerque el final de la lectura...

Esta última semana de vacaciones que ya paso en mi refugio habitual la estoy utilizando para preparar la vuelta al cole y a la rutina de todos los años... Rutina que, indefectiblemente, echo de menos cuándo acaba agosto. Vaya usté a saber porqué. Llevo unos días de compras, gestiones, médicos y encargos que me están poniendo a punto para el estrés habitual.

Además, he empezado en un gimnasio nuevo. Me dí de baja en el de siempre y el día 1 de septiembre inicié mi andadura en un nuevo templo del culto al cuerpo. De momento no me convence demasiado, aunque lo atribuyo a que los sitios nuevos siempre te son extraños al principio. Nada está dónde te esperas, no existe aún esa familiaridad con el entorno que te hace sentir cómodo. Echo de menos mi gimnasio de siempre, pero le daré un tiempito al nuevo. 100 días de gracia, cómo a los papanatas que nos gobiernan (o lo pretenden).

También he hecho de nuevo el propósito de cada septiembre, pero esta vez va en serio, de verdad. Ya he dado el primer paso en ese sentido (y eso sí que es una novedad). He tomado la decisión de simplificar al máximo mi vida... Y estoy convencida de que lo lograré esta vez. El paso al que aludía antes es que he hablado con mi familia y les he hecho una propuesta: a partir de ya, no nos hacemos regalos más que en Navidad. Se han acabado los regalos para el cumpleaños, el santo, el día de la madre y el del berberecho salvaje. Haciendo un cálculo rápido, a 3 regalos por año considerando 12 personas, nos salen 36 regalos, más o menos uno cada 10 días. O sea, semana sí, semana no, ponte a pensar en algo original, novedoso, deseado y encuentra el tiempo para ir a comprarlo....
A partir de septiembre (y conste que lo hago el mes en el que en mi propia casa hay cinco cumpleaños y tres santos), sólo se hace un regalo por persona, bien chulo, en Navidad (excepción aparte de los niños, que no están para tonterías y se pasan el año contando los días para que llegue su cumpleaños).

Ah, y que sepáis que este año sí. Este año me toca ser feliz :)
.
.
.

En breve...

... actualización de estado y situación...

miércoles, 17 de junio de 2009

Y el tiempo pasa...

... y sigo al rebufo de mis circunstancias. ¿Se pueden vivir varias vidas en una? Salto de un registro a otro con una agilidad que me sorprendería a mí misma si no fuera porque al cambiar olvido mis otras vidas.
¿Tendrá alguna utilidad vivir tantas vidas si no puedes interconectarlas y sumar experiencias? No sé porque ahora me ha venido a la cabeza una estrofa de una excelente canción de Pink Floyd, Wish you were here:

We're just two lost souls swimming in a fish bowl,
year after year,
Running over the same old ground. What have you found?
The same old fears.
Wish you were here.

Solo que las dos almas son mías...
.
.
.

lunes, 6 de abril de 2009

Cajón de sastre


Me ha dado por releer mis últimas entradas y me doy cuenta que este blog sólo tiene una parte de mí, la más oscura.
Quizá sea porque es la que nunca sale en mis reuniones sociales; nunca me ha gustado machacar a los amigos con mis problemas. En alguna ocasión los he contado, por supuesto, pero en general prefiero salir a pasar un buen rato y a hablar de cosas divertidas o interesantes.

Pero es que últimamente los problemas están creciendo a un ritmo que haría palidecer a cualquiera, así que no me queda más remedio que darles salida de algún modo, o sino me voy a convertir en una amargada a la que nadie invita a las fiestas. Bueno, amargura tengo para llenar tres trenes de mercancías, pero consigo que no salga pa´fuera.

Con lo fácil que sería tomar las riendas y dar un golpe de timón. ¿Porqué seré tan cobarde?
.
.

martes, 24 de marzo de 2009

Conspiración?

Hay ocasiones en que parece que el mundo entero ha confabulado contra una. En esos momentos sólo puedo coger aire, cerrar los ojos, y esperar que pase rápido y sea indoloro... Aunque cada vez me cuesta más.
Voy a cerrar los ojos ahora mismo.
Me duele tanto la vida!
.
.

martes, 3 de marzo de 2009

De conocidos y extraños

Estaba hablando con mi hijo mayor, de siete años, cuándo he recordado que fue a esa misma edad cuándo empecé a escribir un diario. Fue un regalo que me hicieron y que decidí utilizar. Pensé que sería una buena idea releerlo para ver qué pasa por la cabeza de una persona de siete años, así que bajé mi caja de recuerdos y lo rescaté. Tengo dos diarios, el primero que empecé a esa edad, y otro bastante más voluminoso en el que seguí escribiendo cuándo el primero dejó de tener hojas en blanco. En total, y con algunas lagunas, tengo 14 años de mi vida reflejados en esos dos diarios.
De alguna manera, me sentía una intrusa leyendo aquellas palabras. Aquella persona que escribía era el germen de la persona que yo iba a ser, pero no me veía reflejada en esos pensamientos, que me resultaban ajenos...

Empecé a leer el diario con la intención de entender mejor a mi hijo y me he sorprendido encontrando a una desconocida, que sin embargo se convertiría en mí.
.
.

jueves, 19 de febrero de 2009

Ain't no sunshine

Me encanta la canción que empieza así. Y también me gusta la película en la que la oí por primera vez y lo que ocurría mientras sonaba. Se trata de "Nothing Hill", y utilizan la canción para representar el trascurso de un año desde que la chica deja al chico... Lo hacen mediante un paseo por el mercado que empieza por una punta en verano, va avanzando con el paseo hacia otoño, invierno, primavera, y cuándo sale del mercado vuelve a ser verano y ha transcurrido un año.

Hay ocasiones en las que me gustaría poder hacer un paseo de cinco minutos para mí y durante el que transcurriese un año para el resto de los mortales...
.
.

domingo, 8 de febrero de 2009

De Profundis

A veces tengo la sensación de estar en una cárcel, y utilizar este blog como una colección de cartas hacía un incierto exterior, con la esperanza no de que me lean, sino de conjurar en la escritura esos fantasmas que todos tenemos y que nos atenazan en las noches oscuras.
Ayer fue una de esas noches... nunca sé cuándo se esconde la luna para mí; de repente soy consciente de que ha ocurrido y ya no se puede hacer nada más que esperar a que acabe la noche y salga el sol de nuevo.

Esas penumbras me hacen pensar, y mucho. Pensé en intensidades... desde que la enfermedad de Sara tiene nombre, mi vida ha ganado en intensidad. Los retos que se me presentan son inmensos, y me generan una ansiedad que jamás pensé que pudiera sentir. Las batallas son a vida o muerte, los fracasos profundos pozos de desesperación y las victorias... No puedo expresar lo que siento cuándo conseguimos ganar un palmo de terreno a esa maldita ladrona que tiene capturada a mi hija.

Mi vida se ha vuelto muy intensa, sí. Pero la prefería cuándo era más anodina. Por muy dulce que sea la victoria, el camino que lleva a ella se hace muy cuesta arriba.
Si pudiera elegir, preferiría subir mil veces el Tibidabo que una sola vez el Everest. Quizá me falte carácter...
.
.
.

martes, 3 de febrero de 2009

Mi Maldito Deseo

Esta entrada de año me ha pillado con pocas ganas de escribir. Veo que hace un montón que no pongo cuatro líneas seguidas... Y no será porque no tenga cosas que decir, no. De esas tengo un puñao. Es sólo que no encuentro el momento ni el sentimiento para hacerlo.

Llevo unos días dándole vueltas a mis deseos. A lo largo de estos años de existencia he tenido todo tipo de deseos: irrefrenables, imposibles, inevitables, inexcusables... Pero sólo uno de ellos me ha permanecido fiel durante todas mis vidas. Sigue ahí, esperando a que llegue el momento de morir y convertirse en una realidad. A veces se hace chiquito, y casi no le oigo. En otras ocasiones, me grita y me impide oir otra cosa que su vozarrona atronadora... pero siempre está conmigo.

Creo que lo recuerdo desde el mismo instante que me recuerdo a mí misma. De alguna manera, creo que fue anterior a mi consciencia (que no conciencia), como si estuviera escrito en mi código genético. Y ha perseverado en su cruel intención de no destruirse para mi completa satisfacción. Hace unos pocos años creí que le había vencido y había acabado con él. Vana ilusión la mía: reapareció con más fuerza que nunca para devorarme las entrañas como tanto le gusta hacer. Y aquí sigue, apoltronado en mis recodos, agotando mis reservas poco a poco... Hay ocasiones en las que creo que ganará él convirtiéndose en el Deseo Incumplido. Otras veces creo que la victoria me corresponde: por blasones y, porqué no, ¡por mis cojones!

Mientras escribo esto, noto como se asoma a la pantalla del ordenador y se ríe de mí el muy asqueroso. Está tan seguro de sí mismo que me gustaría aplastarlo contra esa misma pantalla que refleja su desagradable rostro.

Y a pesar de todo sigue ahí: mi irreductible, irrefrenable, inamovible e imposible deseo de tener una vida normal...
.
.
.

martes, 6 de enero de 2009

Poesía

Bueno, parece que el año nuevo empieza diferente. Me han dedicado una poesía, así que qué menos que transcribirla aquí:

Pues mira Susana linda,
yo solo te voy a decir
que poesías para ti
son muy difíciles de escribir.

Porque tu eres todo eso:Mar, sol, arena y verso.

O.O (2009)

Mil gracias de nuevo!

...

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.