sábado, 8 de mayo de 2010

Ni un paso atrás!

Poco a poco voy rompiendo eslabones de la cadena que me eché al cuello. No me la eché de golpe, no. La fuí construyendo con silencios, sacrificios y obligaciones no deseadas.
Hace dos semanas rompí el primero, el más difícil. Parecía que no iba a ser capaz, pero lo hice. La borrachera de mi osadía me dejó ebria de éxito y corrí el riesgo de quedarme ahí, con un eslabón menos, pero con el resto de la cadena firmemente asentada.
Ayer tomé carrerilla y rompí otro eslabón. Fue doloroso y absurdo. ¡Qué diferente es nuestra vida cuándo somos capaces de mirarla desde fuera!
Ahora no voy a parar. No quiero parar. Hay mucha vida por vivir y para este camino no necesito esas alforjas.

¡Espartanos! ¡Soldados de mi guardia personal! Mañana mismo partimos hacia el combate. Preparad durante la noche todo lo necesario para la marcha. Pero antes, y según la ley, deberéis confirmar aquel juramento al que como espartanos nos debemos desde nuestro nacimiento. Jurad, pues, que nunca daréis un paso atrás en la batalla, que jamás daréis la espalda al enemigo.

Ni un paso atrás! Ni para coger impulso.
.
.
.

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.