viernes, 2 de octubre de 2009

Siete vidas tiene un gato... Y yo?

No puedo evitarlo: me encanta el otoño. No sé si tiene que ver con que se acerca mi cumpleaños (hubo épocas en las que esa fecha era motivo de jolgorio y regocijo), o con algún tipo de renovación anual, pero me sienta estupendamente el mes de octubre.

Estaba precisamente pensando en ello, cuándo las ideas de renovación, periodicidad, años y un gato (que ví hace unos días en Lleida) se correlaron en mi cabeza de una forma extraña llevándome a una de esas reflexiones personales que tanto me distraen... y que aportan bien poco a la evolución de la Humanidad.

Pensaba en aquel gato. Parecía enfermo...Eso me llevó a pensar en las siete vidas de un gato. El tiempo que pasó entre ese momento y pensar cuántas vidas tendría yo y cuántas me quedarían fue equivalente a lo que tarda una sinapsis en echarse una siesta. Es decir, 10 elevado a menos mucho.

Cuándo hablo de las vidas que tendría me refiero a "periodos temporales" a lo largo de los años de existencia. Pero, por favor, no seamos lineales... No se trata de dividir tu vida en infancia, adolescencia, madurez y senectud y quedarse tan ancho. No, se trata de evaluar periodos en tu vida que, por sus características son completamente diferentes entre sí. Llevado al extremo, podría ser como cuándo Sidharta se convirtió en Buda: una vida antes y una vida después para el mismo ente biológico.

Y allí estaba yo, evaluando mis circunstancias e intentando ver cuántas de estas fases he vivido. No es fácil despedazar tus experiencias, correlarlas y encontrar un factor diferencial que te permita poner límites: "las cosas cambian pero mi vida sigue siendo sustancialmente la misma"/"las cosas han cambiado tanto que mi vida ya no es la misma".

Y cómo estas cosas no se pueden modelizar matemáticamente (aunque todas las fibras de mi hipotálamo me lo pidan), tuve que entrar en el complejo mundo de las emociones y sentimientos (aparta de mí ese Caliz!!!) para intentar poner orden. Y conseguí marcar una serie de fases. No os aburriré dando detalles íntimos al respecto. Al fin y al cabo, la vida de uno sólo le importa a ese... Y a veces ni eso.

Lo que me preocupa es que estoy en mi séptima vida. Creía que me quedaban algunas vidas por delante.

Espero tener más vidas que un gato...
.
.

3 comentarios:

El Tibe dijo...

Me has intrigado y he hecho el mismo ejercicio... y no te preocupes, que a mí me sale que estoy en mi undécima vida :D

Supongo que el haber vivido en varias ciudades en pocos años tiene mucho que ver con ello...

PD: "me sienta estupendamente el mes de octubre."

Eres una tramposa. Sabes perfectamente que a ti te sientan bien todos los meses del año. :P

Susana dijo...

Adulador!! :)
No nos vemos este finde en la TAM?

Jesús M. Landart dijo...

Feliz TAM...

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.