miércoles, 16 de septiembre de 2009

Sin respiro

Hay épocas en que las cosas van a su ritmo; con un poco de organización y unas mínimas ganas de que las cosas funcionen, vas tirando...
Y en cambio, otras veces parece que el Universo en masa haya decidido hacerte diana de sus atenciones (sí, lo sé, un poco egocéntrico el comentario... y antropocéntrico y misceláneo. Pero ya me entendéis ), y todo aquello que pudiera torcerse a tu alrededor empieza a girar sobre su eje de tal forma que no es que se tuerza, no, es que se retuerce cual columna salomónica hasta el supuesto capitel... Y digo supuesto porque no lo ves, de lejos que está.
Pues poco más o menos así me siento yo. Acaba de empezar el cole de los niños y, por hacerme la lista y querer ahorrar en la compra de los libros (y no ir al colegio a por ellos) resulta que tengo dos libros que no sirven, y que tengo que buscarme la vida para conseguirlos ya. Además, mis retoños nacieron todos la última semana de septiembre, así que me toca organizar no una, ni dos, ni tres, no, sino cuatro fiestas de cumpleaños: aparte de una para cada niños con sus amigos, toca la fiesta familiar para celebrarlos todos juntos con los abuelos. Vamos, que empiezo el 24 de septiembre jueves, y acabo el 27 de septiembre domingo, a razón de una fiesta por día.

Pensáis que eso es todo? Seguro que no habéis tenido en cuenta que además de organizar la fiesta hay que comprar regalos para los niños... Pues cuándo pensaba que había sido muy espabilada por comprar uno de los regalos a principios de mes (y así ganar tiempo), va el receptor del regalo y me dice que ha cambiado de opinión y que lo quiere de otro color... Y me da una explicación de lo más lógica y racional para la que no tengo argumentos.

Por otro lado, teníamos pensado reorganizar el jardín para que Sara tuviera un espacio en casa al aire libre. Está muchas horas en casa, trabajando, y nos pareció buena idea que trabajara al aire libre si el tiempo lo permitía... Y no se nos ocurrió otra cosa que empezar deprisa y corriendo la semana pasada con la esperanza de poder celebrar el cumpleaños de Sara, quince días después, en el nuevo y renovado jardín.
Y ahora tenemos toda la parte de terraza levantada, la mitad de los cipreses arrancados, la mesa y las sillas acojonadas en medio del jardín rodeadas por todos los desechos... Y pocas posibilidades de acabar a tiempo.

Como dice Imperator, esto es cómo cuándo el Tetris se vuelve loco...
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5 comentarios:

Imperator dijo...

Ya que nacieron todos la misma semana... ¿por qué no hacer una sola fiesta muy grande y celebrarlos todos a la vez?

Susana dijo...

Eso lo hacía cuándo eran pequeños... pero ahora todos quieren tener un día en el que sean los reyes, sin que nadie les haga sombra :)

Imperator dijo...

Buen momento para enseñarles que no siempre se puede tener todo y que a veces mamá está cansada y 3 fiestas son una ruina.

Just my two cents.

Susana dijo...

No te digo que no, pero cómo muchas veces Sara exige mucha atención y los mayores son los "damnificados", me gusta dedicarles un día especial a ellos...

Imperator dijo...

No pretendo, desde luego, explicarte cómo educar o cuidar a tus críos. Eso está claro. Me parece importante que los críos tengan un día especial, pero también que entiendan por qué su hermana requiere más atención, y cosas así.

Pero vaya, no soy padre. Lo mío es teoría.

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.