Cuánto daño le ha hecho a las mujeres de mi generación la incierta y difusa figura del Príncipe Azul. Ese individuo lejano, que aparecía al final del drama y salvaba a la indefensa criatura de todos sus males. A partir de ese punto, ya sabías que estabas a salvo. Habías llegado a Ítaca y sólo restaba comer perdices hasta morir de felicidad.
Las mujeres de esos cuentos sólo tenían una virtud: la de su magnífica belleza. Y eso les daba derecho a cualquier parabien que se terciara. No importaba que fueran lerdas, incultas o zafias, mientras no se les notara. Era suficiente con ser mujer escaparate... Y sólo desde ese púlpito recibirían la recompensa más deseada: un Príncipe Azul en exclusividad y de por vida.
El problema es que nos llenaron el subconsciente de esas ideas, y, aunque uno crea que es capaz de racionalizarlas, si te las inculcan de tan chiquitina, cuesta extirparlas por completo. Y siempre queda un rinconcito para Él. Para soñar con él y con una vida de felicidad. Por supuesto, cada una tenemos una idea de cómo será nuestro Príncipe, faltaría más!
Y cuándo ese Príncipe se materializa, empiezan las discordancias. Ese hombre perfecto, magnífico y lleno de promesas de felicidad... resulta que es humano. Y tiene flatulencias. Dónde coño está escrito que un Prínicpe Azul haga semejantes ordinarieces?? A ver, premio para el que encuentre la referencia.
Y empiezan a pasar cosas que van alejando tu concepto de la realidad. Y cada paso que dan alejándose te sume más y más en la desesperación. Esto no era lo que te esperabas...
Y una vez aclarado ese punto (el de que tu Príncipe Azul es más bien tirando a paje y de un tono gris marengo), ¿cómo sigues adelante con tu vida?. La has construido sobre una roca que resulta ser barro. Así que toca empezar de nuevo con otra base de partida:
Hay mujeres que piensan que en realidad ese mamarracho que tienen al lado no es su Príncipe Azul y lo dejan para seguir buscando de nuevo. Eternas Lolitas ajadas que nunca alcanzan la felicidad.
Las hay que se resignan con lo que tienen e intentan adaptar su realidad a sus sueños, sin saber que son hormas diferentes y que siempre harán rozadura.
Las hay que optan por la soledad, consciente y buscada, y sin embargo igual de amarga sólo que a sorbos más pequeños.
Las hay que consiguen vivir su sueño y creen que el hombre que las acompaña es realmente aquel con el que siempre soñaron. Llamadme desconfiada, pero no me fío un pelo de la salud mental de estas últimas...
¿Cuál es la mejor solución? Pues yo no la tengo. Sólo un ruego: quemen todos los cuentos de Princesas y Príncipes Azules. ¿Cuántas generaciones más de mujeres queremos que sigan acumulando sueños y decepciones a partes iguales?
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jueves, 25 de febrero de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
Going Home
Hay ocasiones en las que tienes la sensación de "haber vuelto a casa". Esa sensación no está relacionada en absoluto con un lugar físico, sino con cómo te sientes. Es un estado absolutamente maravilloso, en el que las cosas están donde tienen que estar y tú te encuentras tranquilo, seguro, cómodo. Como si toda tu vida y las cosas que te han pasado te llevarán a ese punto Omega. Eres feliz, absoluta e irremediablemente.
Pues bien, ayer experimenté esa sensación durante cerca de una hora. Una maravillosa hora que exprimí con una necesidad irracional, que no están los tiempos para desaprovechar oportunidades de ser feliz...
Lamentablemente, acabó. Y me temo que los puentes que me llevan a ese hogar hace tiempo que no son transitables. El de ayer fue un regalo excepcional al que aún ahora no acabo de renunciar. Pero voy a tener que abrir los ojos. Y seguir haciendo mi camino con la vana esperanza de volver a encontrar mi Ítaca...
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Pues bien, ayer experimenté esa sensación durante cerca de una hora. Una maravillosa hora que exprimí con una necesidad irracional, que no están los tiempos para desaprovechar oportunidades de ser feliz...
Lamentablemente, acabó. Y me temo que los puentes que me llevan a ese hogar hace tiempo que no son transitables. El de ayer fue un regalo excepcional al que aún ahora no acabo de renunciar. Pero voy a tener que abrir los ojos. Y seguir haciendo mi camino con la vana esperanza de volver a encontrar mi Ítaca...
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viernes, 5 de febrero de 2010
Tan malo es ser mediocre?
Hoy he tenido una charla de esas en las que no consigo explicarme. El motivo es bien fácil: llevo tanto tiempo intentando que mis relaciones sociales sean placenteras y agradables, que me cuesta un montón llevar la contraria. Los motivos que pretendo defender están dentro de mí, pero de alguna forma, se resisten a materializarse, cómo si dejara que los demás expusieron los hechos y yo acabara balbuceando excusas inconexas y poco elaboradas. Me falta práctica dialéctica a cascoporro.
Así que aunque no lo parezca, cuándo inicio una discusión (en el buen sentido), acostumbro a tener motivos para hacerla que me rondan la cabeza (a veces sin ser consciente). Quizá debería razonar para mí las cosas antes de sacarlas fuera. Que ya me toca aprender a hacerlo, coño!
La discusión giraba alrededor de si ser mediocre es bueno o malo, y si alejarse a los extremos de la campana de Gauss supone llevar asociado una patología.
No puedo hablar por nadie que no sea yo, así que vaya por delante que hablo por mí y mis circunstancias... Me gusta ser mediocre. Estar en esa nube indefinida de normalidad. Tener mis momentos de originalidad y mis extremos, por supuesto, pero no estar permanentemente en ellos. Necesito sentirme acompañada de gente que piensa como yo, siente como yo y vive como yo. Ser único es una carga muy pesada que siempre acaba pasando cuentas. Aunque a simple vista no lo parezca, vivir con alguien único es agotador. Y aunque la convivencia te enriquezca, pierdes muchas cosas. Entre ellas tu derecho a llevar una vida normal. Pero oye, que si te gusta, estupendo!
Me gusta pensar que me equivoco más a menudo de lo que debiera, y que me arrepiento de muchas cosas (íncluso empiezo a pensar si no será mejor arrepentirse de lo que has hecho). Mis errores me ayudan a mejorar, aunque muy despacito. Y aunque estoy razonablemente segura de mí misma, en ocasiones me replanteo las cosas intentando encontrar esos momentos en los que no tomé la decisión correcta.
Partece chulo tener una vida excepcional, única, trascender más allá de tu época y dejar una huella indeleble, pero ante todo, soy un ser social. Y eso hace que prefiera disfrutar a las pequeñas cosas de la vida que vivir una experiencia trascendental. Con todos los inconvenientes que ello suponga.
Aunque claro, que sería de mi mediocre vida sin esos extremos que me centran? :)
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Así que aunque no lo parezca, cuándo inicio una discusión (en el buen sentido), acostumbro a tener motivos para hacerla que me rondan la cabeza (a veces sin ser consciente). Quizá debería razonar para mí las cosas antes de sacarlas fuera. Que ya me toca aprender a hacerlo, coño!
La discusión giraba alrededor de si ser mediocre es bueno o malo, y si alejarse a los extremos de la campana de Gauss supone llevar asociado una patología.
No puedo hablar por nadie que no sea yo, así que vaya por delante que hablo por mí y mis circunstancias... Me gusta ser mediocre. Estar en esa nube indefinida de normalidad. Tener mis momentos de originalidad y mis extremos, por supuesto, pero no estar permanentemente en ellos. Necesito sentirme acompañada de gente que piensa como yo, siente como yo y vive como yo. Ser único es una carga muy pesada que siempre acaba pasando cuentas. Aunque a simple vista no lo parezca, vivir con alguien único es agotador. Y aunque la convivencia te enriquezca, pierdes muchas cosas. Entre ellas tu derecho a llevar una vida normal. Pero oye, que si te gusta, estupendo!
Me gusta pensar que me equivoco más a menudo de lo que debiera, y que me arrepiento de muchas cosas (íncluso empiezo a pensar si no será mejor arrepentirse de lo que has hecho). Mis errores me ayudan a mejorar, aunque muy despacito. Y aunque estoy razonablemente segura de mí misma, en ocasiones me replanteo las cosas intentando encontrar esos momentos en los que no tomé la decisión correcta.
Partece chulo tener una vida excepcional, única, trascender más allá de tu época y dejar una huella indeleble, pero ante todo, soy un ser social. Y eso hace que prefiera disfrutar a las pequeñas cosas de la vida que vivir una experiencia trascendental. Con todos los inconvenientes que ello suponga.
Aunque claro, que sería de mi mediocre vida sin esos extremos que me centran? :)
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domingo, 31 de enero de 2010
Melancolía invernal
Según el RAE, melancolía se define como:
Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada
Hoy me siento melancólica... Estoy intentando encontrar esas causas físicas o morales que me provocan ese sentimiento, pero no las acabo de encontrar. No hay nada esta mañana que sea diferente de ayer por la noche. Me he puesto música aleatoria y está sonando "Total Eclipse of the heart". Muy adecuada en este momento. Mientras sigo buceando en mí misma como un monstruo egocéntrico tendré que pensar en cómo salir de esta y rapidito. Que la vida son dos días y la melancolía no ayuda.
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Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada
Hoy me siento melancólica... Estoy intentando encontrar esas causas físicas o morales que me provocan ese sentimiento, pero no las acabo de encontrar. No hay nada esta mañana que sea diferente de ayer por la noche. Me he puesto música aleatoria y está sonando "Total Eclipse of the heart". Muy adecuada en este momento. Mientras sigo buceando en mí misma como un monstruo egocéntrico tendré que pensar en cómo salir de esta y rapidito. Que la vida son dos días y la melancolía no ayuda.
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miércoles, 20 de enero de 2010
Dependencias y lastres
Siempre he odiado las dependencias y obligaciones. Hasta extremos ridículos... he llegado a desapuntarme de cursos a los que asistía y que me gustaban mucho sólo porque me fastidiaba el tener compromisos fijos a horas determinadas algunos días.
Y esa manía no se me pasa con los años. Sigue estando ahí, calladita porque ahora tengo responsabilidades personales que no la dejan hablar. Y como tonta no es, espera su momento.
Y el momento llegó hace poco. Ocurrió un hecho que, como las magdalenas, me transportó a otra época. El hecho en sí fue grato... hasta que poco después esa maldita voz salió de nuevo para demostrarme que, a pesar de los años, seguía teniendo una dependencia que había olvidado.
Y aquí estoy intentando racionalizar si es cierto o no, cuándo sé perfectamente que existe y tiene el tamaño de un autobús... pero de los de dos pisos.
Y que queréis que os diga. Me jode...
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Y esa manía no se me pasa con los años. Sigue estando ahí, calladita porque ahora tengo responsabilidades personales que no la dejan hablar. Y como tonta no es, espera su momento.
Y el momento llegó hace poco. Ocurrió un hecho que, como las magdalenas, me transportó a otra época. El hecho en sí fue grato... hasta que poco después esa maldita voz salió de nuevo para demostrarme que, a pesar de los años, seguía teniendo una dependencia que había olvidado.
Y aquí estoy intentando racionalizar si es cierto o no, cuándo sé perfectamente que existe y tiene el tamaño de un autobús... pero de los de dos pisos.
Y que queréis que os diga. Me jode...
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martes, 29 de diciembre de 2009
Cultura o tortura
Mientras iba con el coche a trabajar, escuchando la radio, he oído una noticia que me ha puesto de mala leche. Resulta que cierta organización terrorista islámica ha enviado una foto de dos secuestrados italianos para demostrar que estaban con vida. Un hombre y una mujer. Y a la mujer le han borrado la cara y las manos, porque su religión les prohibe tomar fotos de las personas del sexo femenino.
Ya sé que esta es sólo una de las muchas "peculiaridades" con las que nos obsequian estos tarados habitualmente, y que existen otras muchas características de su ¿"cultura"? aún más aberrantes, pero mira, debo estar sensible hoy.
Me he puesto a pensar cuánta gente alegará que estas tradiciones forman parte de su cultura y deberán respetarse. Pues señores, lo puedo decir más alto pero no más claro: una cultura/tradición que vulnera los más elementales derechos, no es una cultura, es una tortura. Que además, no se limita a joder a los que viven en ella, sino que la extienden a cualquiera que se les acerque...
Tomemos un ejemplo: imaginemos una cultura que lobotomiza a los individuos de sexo varón cuándo llegan a la pubertad. ¿Alguien vé en ese hecho una peculiaridad a respetar y a mantener para no contaminar esa cultura? Vamos, hombre, no me jodas!
Hay veces que hay que dejarse llevar más por las visceras y menos por la racionalidad. Ellos lo hacen. Ellos son el enemigo. Y me importa una mierda si lo que digo es políticamente incorrecto o no. La mala hierba se arranca y punto. Que les den mucho por culo.
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Ya sé que esta es sólo una de las muchas "peculiaridades" con las que nos obsequian estos tarados habitualmente, y que existen otras muchas características de su ¿"cultura"? aún más aberrantes, pero mira, debo estar sensible hoy.
Me he puesto a pensar cuánta gente alegará que estas tradiciones forman parte de su cultura y deberán respetarse. Pues señores, lo puedo decir más alto pero no más claro: una cultura/tradición que vulnera los más elementales derechos, no es una cultura, es una tortura. Que además, no se limita a joder a los que viven en ella, sino que la extienden a cualquiera que se les acerque...
Tomemos un ejemplo: imaginemos una cultura que lobotomiza a los individuos de sexo varón cuándo llegan a la pubertad. ¿Alguien vé en ese hecho una peculiaridad a respetar y a mantener para no contaminar esa cultura? Vamos, hombre, no me jodas!
Hay veces que hay que dejarse llevar más por las visceras y menos por la racionalidad. Ellos lo hacen. Ellos son el enemigo. Y me importa una mierda si lo que digo es políticamente incorrecto o no. La mala hierba se arranca y punto. Que les den mucho por culo.
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lunes, 28 de diciembre de 2009
Recapitulemos
Bueno, hace ya tres meses que me puse una serie de objetivos, y va tocando recapitular a ver cómo los llevo. Con los propósitos vitales hay que ser exigente en su cumplimiento; pasa como con la gestión de proyectos, que o haces reuniones periódicas y colocas hitos intermedios, o los acaba Rita la Cantaora...
Ahora me parece un buen momento por varias razones. Primera y muy simple: porque tengo tiempo para hacerlo. Segunda: porque si me espero un poco más, parecerá la típica reflexión de primero de año, que me provoca (habitualmente) urticaria... y tercera: porque me da la gana.
El próposito primordial que me hice para el nuevo curso escolar era el de simplificarme la vida. Y me da que no lo he conseguido de momento. Tampoco pasa nada; de todos los propósitos era el de más largo recorrido, pero no he estado tan encima como debiera. Me apunto como deberes el seguir trabajando en esa línea.
A los niños los tengo encarrilados. Ahí me doy buena nota. Ha costado un poco, pero estoy contenta del resultado de las gestiones; veo que las cosas avanzan a buen paso, y eso a la larga redundará en que mi vida (y la de ellos, que es de lo que se trata) mejore. Go me.
Tema salud física: también estoy encaminada. He empezado a trabajar en serio en el gimnasio, sesiones de dos horas tres veces por semana. Más tonificación y menos cardio. La dieta la he mejorado y voy puntualmente al fisioterapeuta a que me arregle lo que me voy jodiendo haciendo el animal en Body Pump. Cada vez los músculos reaccionan mejor, y mis piernas, agradecidas, se van torneando de una forma muy seductora, pareciéndose menos cada vez a trompas de elefante como decía no recuerdo qué poeta erótico hindú.
Lo que sigue sin funcionar es el tema económico. Tenía un proyecto legal en marcha que no avanza, si bien en mi descargo diré que yo no era la responsable de ejecutarlo. Tendré que dar un toque para que el tema se agilice.
En general, estoy satisfecha del avance hasta el momento. Poco a poco las cosas van encajando, y parece que el Tetris se ha ralentizado suficiente como para darme tiempo a colocar las piezas cómodamente.
Sigo, no obstante, con mis temas personales propios, indivisibles, iracundos e inalcanzables dando por culo. Si eso, los dejo para otro lustro, porque está visto que pasar de digital a analógico es más complicado de lo que me enseñaron en la carrera.
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Ahora me parece un buen momento por varias razones. Primera y muy simple: porque tengo tiempo para hacerlo. Segunda: porque si me espero un poco más, parecerá la típica reflexión de primero de año, que me provoca (habitualmente) urticaria... y tercera: porque me da la gana.
El próposito primordial que me hice para el nuevo curso escolar era el de simplificarme la vida. Y me da que no lo he conseguido de momento. Tampoco pasa nada; de todos los propósitos era el de más largo recorrido, pero no he estado tan encima como debiera. Me apunto como deberes el seguir trabajando en esa línea.
A los niños los tengo encarrilados. Ahí me doy buena nota. Ha costado un poco, pero estoy contenta del resultado de las gestiones; veo que las cosas avanzan a buen paso, y eso a la larga redundará en que mi vida (y la de ellos, que es de lo que se trata) mejore. Go me.
Tema salud física: también estoy encaminada. He empezado a trabajar en serio en el gimnasio, sesiones de dos horas tres veces por semana. Más tonificación y menos cardio. La dieta la he mejorado y voy puntualmente al fisioterapeuta a que me arregle lo que me voy jodiendo haciendo el animal en Body Pump. Cada vez los músculos reaccionan mejor, y mis piernas, agradecidas, se van torneando de una forma muy seductora, pareciéndose menos cada vez a trompas de elefante como decía no recuerdo qué poeta erótico hindú.
Lo que sigue sin funcionar es el tema económico. Tenía un proyecto legal en marcha que no avanza, si bien en mi descargo diré que yo no era la responsable de ejecutarlo. Tendré que dar un toque para que el tema se agilice.
En general, estoy satisfecha del avance hasta el momento. Poco a poco las cosas van encajando, y parece que el Tetris se ha ralentizado suficiente como para darme tiempo a colocar las piezas cómodamente.
Sigo, no obstante, con mis temas personales propios, indivisibles, iracundos e inalcanzables dando por culo. Si eso, los dejo para otro lustro, porque está visto que pasar de digital a analógico es más complicado de lo que me enseñaron en la carrera.
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SUS...PIRO
Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.