martes, 3 de febrero de 2009

Mi Maldito Deseo

Esta entrada de año me ha pillado con pocas ganas de escribir. Veo que hace un montón que no pongo cuatro líneas seguidas... Y no será porque no tenga cosas que decir, no. De esas tengo un puñao. Es sólo que no encuentro el momento ni el sentimiento para hacerlo.

Llevo unos días dándole vueltas a mis deseos. A lo largo de estos años de existencia he tenido todo tipo de deseos: irrefrenables, imposibles, inevitables, inexcusables... Pero sólo uno de ellos me ha permanecido fiel durante todas mis vidas. Sigue ahí, esperando a que llegue el momento de morir y convertirse en una realidad. A veces se hace chiquito, y casi no le oigo. En otras ocasiones, me grita y me impide oir otra cosa que su vozarrona atronadora... pero siempre está conmigo.

Creo que lo recuerdo desde el mismo instante que me recuerdo a mí misma. De alguna manera, creo que fue anterior a mi consciencia (que no conciencia), como si estuviera escrito en mi código genético. Y ha perseverado en su cruel intención de no destruirse para mi completa satisfacción. Hace unos pocos años creí que le había vencido y había acabado con él. Vana ilusión la mía: reapareció con más fuerza que nunca para devorarme las entrañas como tanto le gusta hacer. Y aquí sigue, apoltronado en mis recodos, agotando mis reservas poco a poco... Hay ocasiones en las que creo que ganará él convirtiéndose en el Deseo Incumplido. Otras veces creo que la victoria me corresponde: por blasones y, porqué no, ¡por mis cojones!

Mientras escribo esto, noto como se asoma a la pantalla del ordenador y se ríe de mí el muy asqueroso. Está tan seguro de sí mismo que me gustaría aplastarlo contra esa misma pantalla que refleja su desagradable rostro.

Y a pesar de todo sigue ahí: mi irreductible, irrefrenable, inamovible e imposible deseo de tener una vida normal...
.
.
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo es una vida normal?

De toda la gente que he conocido en toda mi vida, jamás he conocido a nadie que tuviera una "vida normal" :P

Susana dijo...

Pues lo normal: una familia con un padre y una madre, una infancia clásica yendo al colegio y volviendo a casa a hacer los deberes, vivir de tus padres hasta los 3X, y luego casarte con un príncipe azul, (que destiña un poco) y tener unos hijos sanos y fuertes :)

Ains!!!

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.