No sé que me pasa últimamente, que tengo la sensación de estar en órbita alrededor de mí misma.
Extraño, pero real. Cómo una de esas experiencias trascendentales en las que estás a punto de morir y sales de tu cuerpo y lo ves todo desde fuera... Sólo que sin un túnel y una luz al final.
Y allí estoy yo, viéndome a mí y mis circunstancias desde fuera. No es una sensación agradable, aunque lo pudiera parecer. Orbitar no es más que dar vueltas alrededor de algo y eso, a priori, no parece que te lleve a ningún sitio.
Creo que estoy así desde que volví de la RAM. Unas jornadas de inmersión en un mundo ajeno totalmente a mis circunstancias han conseguido que me despegara cual tirita de mi piel, y ahora ando descolocada dando vueltas alrededor de la herida a ver si consigo anclarme a un punto fijo.
Lo que más me jode es que esto me pase cuándo está a punto de acabar el año. No me gusta hacer reflexiones en general, pero aún menos en fechas señaladas. Me condiciona demasiado, a mí y a mis hormonas que están misteriosamente calladas y me dan muy mala espina...
Lo bueno de orbitar alrededor de uno es que es una ocasión magnífica para ver las cosas desde fuera y sorprenderte de cuan gilipollas puedes ser en ocasiones. Y eso es bueno porque es el primer paso para cambiarlo. Supongo...
Lo malo es esa sensación de "día de la marmota", en la que das vueltas una y otra vez a lo mismo, sin principio ni fin, y sin esperanza de romper el círculo vicioso.
Tendré que dar un manotazo en la mesa a ver si consigo estrellarme cual meteorito conmigo misma y de la colisión sale algo de provecho. Que ya empiezo a tener una edad como para dejar de llevar trenzas virtuales, coño!
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