domingo, 11 de julio de 2010

En las montañas de mi locura

Hay ocasiones en las que tengo la extraña sensación de que estoy dejando atrás mi cordura. Algo así como si mi pensamiento racional derivase a profundas simas inconexas en las que nada es como debiera ser. En esas ocasiones, acostumbro a solucionarlo intentando verme desde fuera, cual experimento sociológico del estilo "Gran Hermano" en el que yo soy la única concursante y la casa es un plano de realidad alternativo.
Otras veces, soy claramente consciente que se me ha dado la oportunidad de tirar los dados, en la que esa intuición de la locura de la que hablaba antes se ha materializado en una mala tirada y, definitivamente, he perdido "sanity".

Hay en mi historial genético una larga tradición de visitas a centros mentales (creo que en las épocas de las que hablo, los llamaban "manicomios"), visitas que se convertían en residencias permanentes. Se da el caso, además, de que las visitantes tenían los dos cromosomas X, cosa que no deja de ser curiosa y digna de mención.

Estoy, según las estadísticas (que ya sabemos que se parecen a la realidad individual lo que Torrebruno a Lobezno), en la mitad de mi vida. No sé con cuánta "Sanity" hicieron mi personaje, ni sé la que ya he gastado. Espero que me quede suficiente como para no acabar enfrentádome yo sola, en un paisaje helado, al más Antiguo de los Antiguos... y que a partir de ese momento mi mundo se reduzca a una habitación de 3x3 metros con hermosas vistas a una realidad que ya no me pertenece.

Mientras llega ese momento, utilizaré la única arma que tengo: la racionalidad frustrada...
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2 comentarios:

Tiberio dijo...

Va, sus :)

Francamente, conozco poca gente más atada a la realidad y más estable que tú. Y a poco que te pares a pensarlo, sabes que es cierto ;)

Susana dijo...

Sí, claro, porque lo disimulo muy bien :)

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.