sábado, 26 de abril de 2008

Primer día de parque de Sara


Hoy hemos aprovechado que hacía un día estupendo y nos hemos ido todos al parque. También nos hemos llevado a Sara. Ya sé que no parece gran cosa, sinó fuera porque ha sido la primera vez que la hemos llevado y porque Sara tiene autismo.
Sara es una niña preciosa, de dos años y medio. Hace un par de meses decidió que le apetecía salir a caminar por la calle; hasta entonces siempre teníamos que sacarla en cochecito. Cruzar el umbral de la puerta de casa por su propio pie fue uno de esos momentos mágicos con los que Sara nos ilumina el día...Así que hoy nos ha parecido un día perfecto para llevarla al parque.
Al principio las cosas no han ido demasiado bien: Miquel y Ricard (sus hermanos mayores, de 6 y 4 años), han empezado a jugar al escondite entre los árboles, y Sara ha decidido explorar... y ha empezado a caminar hasta que ha salido del parque. Kiku la ha vuelto a traer con todos, pero ella quería repetir el camino de nuevo, y la misma escena ha tenido lugar cuatro veces, hasta que Kiku me ha propuesto volver a casa. Entonces he pensado en intentar algo nuevo; me daba rabia que no pudiéramos quedarnos un poquito más... así que la he llevado a una de esas construcciones que hay ahora en todos los parques infantiles que parecen pequeños castillos.
La he subido a él, y se ha quedado quietecita en un rincón, mirando con mucho interés la madera de color rojo. Poco a poco, ha empezado a moverse, en un círculo imaginario de un metro cuadrado alrededor de ese punto. Y ha empezado a sonreir... Cuando Sara sonríe es como si todo cobrara sentido de golpe. Se ha levantado viento, y entonces sí que ha disfrutado... estaba feliz, saltando, riendo, inspeccionando con mucho interés la madera roja y vuelta a empezar en esos círculos repetitivos que tanto la relajan.
Había pocos niños en ese momento, y no he podido evitar mirar las caras de sus padres. No me gusta como mira la gente a Sara. Parece cómo si se preguntaran: ¿qué le pasa a esta niña? Y estoy cansada de sentir la necesidad de justificar que Sara es diferente, que su mundo no es como el nuestro, que yo tampoco lo entiendo...
Pero ella ha sido feliz durante ese ratito. Incluso ha dejado que Ricard se le acercara y le peinara esos rizos rebeldes que tiene.
Hoy ha sido un gran día.

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SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.